Para mi criterio alcanzas a ser un buen medico el día que comprendes que en esta profesión no somos mejores de acuerdo a cuantas personas hemos sanado, esto podría llegar a ser producto de una automatización mental y sentimental que te convierte en un expendedor de medicamentos. Según yo, te conviertes en mejor médico, el día que comprendes que si evitamos que las personas se enfermen y fomentamos buenos hábitos de vida, habremos comprendido el verdadero sentido de ser un “trabajador de la salud”

Es que el mismo título lo dice “trabajador de la salud” o quizás, mejor dicho, trabajador para la salud, no para la enfermedad. Cierto es, que, una vez instaurada una enfermedad, es fundamental estar en manos de los mejores. Pero mientras tanto, acá estamos un grupo de médicos, que te ensenamos a ver la vida con la responsabilidad que conlleva tener un “Ferrari” en tus manos.

¡Si! un Ferrari, ya me dirás tú, ni en mis sueños llegare a tener un tipo de vehículo así. Pues te cuento que tu cuerpo, es la maquina más perfecta que existe, bien sea que haya sido diseñada por un creador portentoso o que sea fruto de la evolución que esculpió cada detalle para super potenciarnos: sea como sea ahí esta: lo tienes en tus manos, y ahora depende de ti como lo manejas. Agradece a tu cuerpo todo lo que hace por ti, te permite levantarte cada día, te permitió acunar una vida, alimentarlo y sentir la fuerza mas grande de la naturaleza cada día, en que mas intensamente a los tuyos.

¿Como me convertí en madre? Creo que biológicamente todas sabemos como sucede, clase de séptimo año de educación básica. Pero como una joven amante de la ciencia, de su carrera profesional y sus proyectos de vida (en los cuales en ninguno constaba ser madre) dar este paso en mi vida fue un verdadero desafío, que debí asumir con la compañía de mi esposo a 10000 km del calor maternal, en una fría primavera suiza. Estoy segura de que este minúsculo “detalle” me lanzo por el tobogán de la maternidad, en caída libre y sin boya salvavidas.

El día que me entere que estaba embarazada se rompió todo mi pasado, mi presente y mi futuro. Tengo que decir que, a pesar de ser médico, o probablemente por serlo, para mí siempre fue consciente el riesgo de padecer de infertilidad debido a mi Ovario Poliquístico.  Esta es una enfermedad un poco subestimada y muchas veces confundida en el diagnóstico, pues se piensa que es lo mismo que los ovarios quísticos o multiquisticos; siendo el ovario poliquístico la manifestación de un síndrome metabólico fisiopatológico que tiene sus raíces en las funciones endocrinas. De esta capitulo de mi vida quisiera escribir ampliamente más adelante, pues yo aprendí a vivir con esta enfermedad, sus manifestaciones y sus consecuencias.

Sin embargo, debido a padecerlo, siempre supe que para mí la concepción seria un complicada, por tal motivo tenia miedo siquiera probar. Quizás por ello me entregaba de lleno a mis días hospitalarios, a mis guardias y a mi formación como médico, inconscientemente el hombre se aleja del dolor como mecanismo de defensa y pues siempre diré, tal vez esa era la razón, por la cual sometí mi vida emocional a mis intereses profesionales.

A los 24 años me hice un chequeo medico completo y para decir que quienes me atendieron eran mis maestros, debo tristemente reconocer, que me puse en las manos de las mentes mas brillantes del mejor hospital de mi ciudad, sin embargo, su humanidad estaba muerta, algunos títulos y pacientes atrás. Me dijeron frases como “tienes la piel de una mujer de 45 años”, “con esos ovarios tu nunca vas a ser madre”, “mija, tus ovarios son del tamaño de una pasa”, “si llegas a los treinta, olvídate de ser madre, ten un hijo ahora, ¡así sea con el conserje” Si! Quizás por sentirse “en confianza” o por ver en mi una alumna o una mujer joven, se sentían en el derecho de decirme este tipo de frases, pero dentro de mi retumbaron como sentencias que me torturaron por el resto de mis años, hasta cuando a los 30 concebí sin tratamientos y tuve los mejores embarazos y partos que una mujer puede desear.            

En este espacio quiero compartir un poco de mi experiencia como médico y como madre. Las cosas que he aprendido de manera natural y a veces instintiva y aquellas que han venido derivadas de mis estudios profesionales. La maternidad es un camino apasionante, el mas hermoso para las mujeres que hemos decidido ser madres. Te invito a que me permitas vivir contigo este hermoso camino, quizás te ayude a resolver dudas, a tomar decisiones un poco mas conscientes, desde una perspectiva mas objetiva. Por que te comprendo en cada pie y pisada, he sufrido las angustias y las preocupaciones que toda madre primeriza sufre. Pero con el tiempo y mucho aprendizaje he logrado superar muchas pruebas de ser madre, de ser médico, de estar en pandemia con un niño pequeño y un bebe, de vivir en una ciudad donde no hay abuelas ni tías que nos encarguen a los niños para darnos ese tiempo de pareja, o simplemente para respirar. Ha sido duro, pero siento que sin estas circunstancias tampoco se hubiera desarrollado el vínculo que hoy tenemos como familia de 4.


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